Back Transdisciplinarity and the Unity of Knowledge: Beyond the Science and Religion Dialogue

Skip Navigation Links
Home
Agenda
Participants
Information
Culture
Prado
Toledo
Photos
Contact
   
Diego Gracia Guillén
Razones Sobre Dios


Abstract

En su trilogía sobre el proceso de la intelección humana (Inteligencia y realidad, 1980, Inteligencia y logos, 1982, Inteligencia y razón, 1983), Zubiri elabora lo que cabe llamar, utilizando una terminología muy clásica pero poco adecuada al propio pensamiento zubiriano, su teoría del conocimiento. En ella hace un análisis exhaustivo del acto de aprehensión humana, en sus dos momentos de aprehensión primordial y de logos. La aprehensión primordial nos actualiza la cosa como realidad de suyo o en propio, y el logos nos permite situar esa cosa en el campo de la realidad y, de esa manera, percibirla y juzgarla diferencialmente, respecto de las otras cosas del campo de aprehensión. Finalmente, la razón intenta ir más allá, investigando lo que podría ser la cosa allende la aprehensión, en la realidad del mundo.

Si este es el proceso que sigue la mente humana, parece claro que todas las otras obras de Zubiri tienen que ajustarse a ese esquema, de modo que podamos saber siempre si aquello que se dice tiene la contundencia de lo dado en la aprehensión primordial, o sólo la del logos, o aún la más débil de la razón. Esto vale también para su obra teológica y sus escritos de filosofía de la religión, la mayoría de los cuales, si no todos, se escribieron antes de la trilogía sobre la inteligencia.

Zubiri escribió una trilogía sobre Dios (El hombre y Dios, El problema filosófico de la historia de las religiones, El cristianismo). Cabría pensar que esos tres volúmenes se corresponden con los tres niveles epistemológicos que antes hemos señalado. Pero no es así. Tampoco hay en ellos un tratamiento sistemático de la religión y de Dios siguiendo el esquema o los pasos de la trilogía sobre la inteligencia. De ahí que se plantee la cuestión de si cabe ir más allá de la letra de los textos de Zubiri y ordenar o interpretar su filosofía de la religión de acuerdo con los esquemas de su teoría de la inteligencia. Es lo que pretendo hacer en esta ponencia.

Todo lector de Zubiri sabe que su teoría más conocida y de mayor éxito mediático ha sido la de la “religación.” La religación es un dato primario, presente en el fenómeno intelectivo básico, la aprehensión primordial de realidad. En ella la realidad se nos actualiza como última, posibilitante e impelente, y ese poder de lo real es el definitorio del fenómeno de la religación.

Estamos religados a la realidad, pero no nos es evidente qué es lo que religa o quién es el que religa. El qué o el quién sólo se nos dan bajo forma de “enigma.” El aclararlo en lo posible es el cometido de la razón. En la aprehensión humana, pues, nos encontramos con el fenómeno de la religación, pero no con su término, por ejemplo, con Dios. A él sólo puede llegar la razón, y eso a través de un proceso, siguiendo un método. Zubiri dice que ese método consta de tres momentos: el sistema de referencia, el esbozo y la experiencia. Los tres son necesarios en la marcha hacia el fundamento.

En primer lugar, el sistema de referencia. Es el punto de partida del trabajo de la razón. El sistema de referencia consiste siempre en lo dado en la aprehensión, y en nuestro caso se identifica con el fenómeno de la religación. A partir de ahí, la mente tiene que iniciar una marcha. En ella hay siempre un momento de esbozo. Hay que esbozar qué pueda ser el fundamento. El esbozo es una construcción racional sobre lo que podría ser el fundamento. Las hipótesis científicas, por ejemplo, son esbozos. Y lo mismo cabe decir de las hipótesis sobre Dios. El enigma nos lanza a la elaboración de hipótesis. Ahora bien, en este caso, como en cualquier otro, los esbozos son siempre imperfectos, inconclusivos. No hay ningún esbozo sobre Dios tan redondo y definitivo que anule a todos los demás. Pensemos, por ejemplo, en el esbozo teísta, aquel que postula la existencia de un ser personal, es decir, de Dios. Es un esbozo con grandes dosis de coherencia, pero que no es completamente adecuado a su objeto. El ejemplo paradigmático de ello lo tenemos en el clásico problema del mal. Si Dios es omnipontente, omnisciente y todopoderoso, ¿por qué el mal en el mundo? El esbozo teísta explica unas cosas, pero hay otras que las deja menos claras, o que simplemente no explica. Pero esto no le pasa sólo al esbozo teísta. También le sucede a los esbozos ateo y agnóstico. Cada uno explica coherentemente unas cosas, y deja sin explicar otras.

Para Zubiri, en cualquier caso, el esbozo no es el término del proceso racional. Y ello por un motivo obvio. Si los esbozos no son ni pueden ser nunca apodícticos, entonces resulta claro que su valor de verdad no vendrá dado ni única ni principalmente por su coherencia interna, sino también y sobre todo por su verificación en la experiencia con la realidad. De ahí que el tercer momento del método de la razón sea la experiencia. Zubiri define la experiencia como “probación física de realidad.” Es la realidad la que “aprueba” o “reprueba” el esbozo. Bien entendido, que nunca lo aprueba completamente, porque no existe, dice Zubiri, el experimentum crucis que afirme categóricamente y de una vez por todas que el esbozo es completamente verdadero. Esto pasa en ciencia, y pasa también en religión. Una vez que se elabora el esbozo teísta, la realidad entera aparece bajo nueva luz, como fundada en Dios, y por tanto la experiencia de la realidad se convierte también, de algún modo, en experiencia de Dios. Cabe decir que toda la realidad se ve a nueva luz, se experimenta de modo nuevo; es la experiencia de Dios. Ella es la que da firmeza al esbozo teísta. Lo mismo sucede con los esbozos ateo y agnóstico. Cada uno de ellos nos hace experimentar la realidad de un modo distinto, muy distinto. Y es esa experiencia la que acaba decidiendo a las personas a favor de uno u otro esbozo.

De esto cabe sacar dos conclusiones. Primera, que el enfoque que Zubiri hace del problema de Dios es muy distinto del tradicional en Teología natural y en Teodicea. Él considera que ambos procedimientos no son correctos, y enfoca su acceso a Dios por una vía distinta, la vía de la religación. Segunda, que el órgano mental que nos permite acceder a Dios es la razón, que para Zubiri carece de la capacidad de conocer completamente la realidad y decidir de modo total y definitivo el problema del fundamento. La razón es “problemática”, dice, y ese problematismo le es intrínseco, de modo que la mente humana no puede salir de él. Por eso la creencia religiosa es una opción humana, un acto o compromiso de todo el ser humano, un asentimiento a algo que no es demostrable de modo apodíctico; eso es la fe. En el acceso a Dios hay siempre y necesariamente un acto de fe. En cualquier caso, el compromiso con la propia creencia no es propio o exclusivo del teísta sino que afecta también al agnóstico y al ateo. Hay también una fe del ateo. Y tercero: de este modo, Zubiri aplica al problema de Dios un tipo de razón que hoy suele calificarse de “débil”, frente a la racionalidad “fuerte” propia de la Teología natural y la Teodicea clásicas. Es, a mi modo de ver, uno de los mayores esfuerzos realizados en el siglo XX por pensar a Dios de acuerdo con las categorías filosóficas propias de esa centuria, sin cedesiones nostálgicas a planteamientos propios de épocas anteriores, que él cree definitivamente superados.



Biography

Diego Gracia Guillén is the Director of the Xavier Zubiri Foundation and a Visiting Professor of Bioethics at the Faculty of Theology at Comillas.  Born in Madrid on May 21, 1941, Gracia Guillén earned his Bachelor of Medicine in 1970 from the Universidad Pontificia de Salamanca, his MD in 1973 from the Universidad Complutense de Madrid, and a doctorate in Psychiatry from the Universidad Pontificia de Salamanca.  Previous positions include Research Associate of the CSIC in 1974, Associate Professor of the History of Medicine in 1978, Vice-Dean of the Faculty of Medicine from 1981 to 1983, Director of the Library for the Faculty of Medicine, and Director of the Masters Program in Bioethics. 

He specializes in bioethics, a subject on which he has written several books and currently heads the Institute of Bioethics of the Foundation of Health Sciences. 



 

1616 Walnut Street, Suite 1112, Philadelphia, PA 19103 USA  |  Voice: + 1 484.592.0304 Fax: +1 484.592.0313   |   Email  |  Privacy Policy